Vamos a juntar las manos, cerramos los ojos, inclinamos la cabeza ligeramente hacia delante y vamos a respirar profundamente.
Lo hacemos en silencio y siendo plenamente conscientes de este momento de oración.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
REFLEXIÓN
La mejor forma de demostrar que verdaderamente somos amigos de Jesús es haciendo lo que Él nos pide:
• Sé agradecido con Dios porque todo lo que tienes te ha sido dado por Él.
• Pon tus cualidades al servicio de todos.
• Sé sincera y nunca engañes a los demás.
• Busca siempre lo positivo de la gente y no caigas en la crítica ni juzgues a los otros.
• Respeta a tu prójimo. Jesús nos ama a todos por igual.
• Sé ordenado con tus cosas y compártelas con todos.
Finalizamos el momento rezando un Ave María para ponernos en manos de la Buena Madre.